domingo, 31 de octubre de 2010

Madrid, mayo del 68 Capítulos V y VI

capítulo V

Agustín espera en casa pacientemente a que regrese Amanda, sigue confiando en ella,  pero sabe que el tema de Sandra algún día tendrá que ser tratado al igual que la decisión que ambos tomaron. Desde que supo que Carlos había vuelto, presintió que más tarde o más temprano Amanda querría hablar con él y quizá pedirle cuentas.
Amanda llega a casa de mal humor y prefiere no comentar con Agustín su conversación con Carlos. Ella misma no sabe lo que espera de él y tampoco quiere dar un vuelco radical a su pacífica vida de los últimos años.
Carlos siempre despertó en ella el ansia de lucha y de perseguir lo imposible porque era lo justo. Con él siempre se había sentido viva y activa, con Agustín se siente comprendida y protegida en todas las situaciones. Sin el apoyo de su marido no hubiera llegado nunca a terminar la carrera, Agustín se ocupó y cuidó de Sandra mientras ella acudía a clase o tenía que estudiar y la niña ha crecido en un verdadero hogar con un padre ejemplar. Tiene mil razones para estar contenta con lo que tiene pero en su fuero interno sabe que algo le falta, que siempre le ha faltado y esa sensación comienza a aflorar de nuevo. “Tienes una asignatura pendiente y hasta que no la superes no encontrarás a la verdadera Amanda””- le dice su subconsciente.


Patricia se pasa por el piso de Luchana e informa a los compañeros del resultado de la operación “‘Al vent” . Se ha conseguido ganar, en parte, la confianza de Pedro y de sus amigos así como, inesperadamente, la admiración de sus alumnas, aunque esto no estuviera planeado. Carlos ha podido abandonar sin problemas el sitio gracias a Amanda y el concierto ha sido muy interesante. Las noticias que llegan de Francia siguen siendo prometedoras y, por lo que concierta a Madrid, la consigna no ha cambiado y las mismas órdenes siguen en pie: precaución y seguid los pasos iniciados. Horas después, Patricia abandona el piso y se dirige a su casa, tiene dos clases que preparar y mucho que pensar. No está muy segura de que haya sido una buena idea que Amanda y Carlos hayan tenido tiempo para estar solos. Además de las órdenes generales, a ella le han dado otra muy particular: Carlos y Amanda deben verse sólo lo necesario.                                                                            
A Patricia no le termina de gustar Amanda, reconoce su valía y sabe que su lealtad a las ideas de sus padres y a las de Carlos sigue viva en ella y, sin embargo, presiente que puede ser un peligro para Carlos.  


Pedro lleva a su hermana a casa y por el camino hablan de Montse.

- Hace año y medio que nombraron a su padre agregado cultural en un país asiático- le dice - y Montse tuvo que cambiar Barcelona por Madrid. Aquí vive con su abuela y su tío, un coronel de la Guardia Civil con quien no se llevaba muy bien. Seguramente ya estará en su casa, su tío la habrá sacado y mañana la veremos. No es la primera vez que se mete en líos, pero si es la primera que la detienen. Probablemente esta vez su tío le imponga arresto domiciliario por unos días, según Montse es su castigo favorito.
Cristina, a sus 16 años, es una joven muy madura para su edad y está muy unida a su hermano. Comparte con él las ideas democráticas y también quiere hacer derecho como su hermano y ser abogada como lo fue su abuelo.
- Pedro, ¿estás seguro de que puedes confiar en una chica que vive con un coronel de la Guardia Civil ?- le pregunta sin rodeos.
- Sí, estoy absolutamente seguro. Montse es de la nuestras. No tiene más remedio que vivir con su abuela, pues sus padres se niegan a pagarle una residencia. Si por ella fuera, buscaría una habitación particular y si fuese necesario trabajaría para pagarse sus gastos, pero desgraciadamente es menor de edad y no puede hacer lo que quiere. Está en desacuerdo con su tío en todo, no le aguanta ni como persona y menos aún como autoridad.

- No, si a mí me cae bien, pero su tío me da escalofríos. Recuerda lo que nos decía el abuelo y lo que le pasó a papá.
- No lo he olvidado, no te preocupes. Recuerda que para mamá has estado en el cine con unas amigas, ¿de acuerdo?
Cuando llegan a casa, su madre les dice que Montse ha llamado para decir que ya tenía el libro en casa y que lo comentarían al día siguiente en la facultad. Pedro mira a su hermana y esta le dice:
- Menos mal, según tú era un libro que os hacía mucha falta ¿no?
- Sí, al menos dormiré más tranquilo, mañana nos pondremos al día.


Beatriz está sentada en el jardín de la casa del Viso pensando en su relato. Espera poder contar con los recuerdos de Serafín, Leonor y Mario, aunque este tendría por aquel entonces unos 14 años, pero puede que recuerde algo que viera o que su padre le contara. A Bonilla padre le acababan de nombrar comisario por esa fecha y  ¿cómo se vivió desde dentro?, ¿cómo reaccionaban sus amigos?
Junto a Beatriz, se encuentra Teresita y juntas terminan de completar la lista de las amiguitas que vendrán a su cumpleaños. !6 añitos ya! ! y su primer cumpleaños en España y, aunque el fallecimiento de la tía está aún muy presente en todos ellos, van a celebrar el cumple de la niña y la fiesta hippy el mismo día. Beatriz piensa en ella: ¡Ojalá viviese la tía Ana!. ¿Qué recuerdos tendría ella de ese año? ¿Lo habría visto como principio de cambio en todo el mundo?. Una cosa es segura, ella no quería  duelos y la mejor forma de recordarla es disfrutando cada momento de la vida, como era su deseo y como lo llevan haciendo.

Capítulo VI


Montse se despierta esa mañana con un enorme dolor de cabeza. El día ha amanecido soleado, pero ella lo ve todo nublado. Le duele mucho la cabeza y tiene un enorme chichón. El policía que la golpeó con la porra cuando estaba caída en el suelo pegó con buen tino. La cabeza le da vueltas y está mareada, es como si su habitación se hubiese transformado en el camarote de un barco y estuviesen en medio de una tormenta.
Apenas ha podido dormir, pero el dolor no le impide reconocer la suerte que ha tenido. No la llevaron a Gobernación, sino a la comisaria de Moncloa y ahí se encontró con un comisario que, asombrosamente, trató a todos los detenidos con mucho respeto. Después de comprobar sus datos la dejó en libertad sin llamar a su tío. Tuvo que aguantarse una buena tirada del comisario pero al menos se libró de la de su tío, que hubiera sido cien veces peor.

- ¿Creéis que un par de mocosos como vosotros, váis a poder cambiar nuestro régimen, nuestras leyes y nuestras creencias morales con unos cuantos conciertos en lenguas subversivas? !Sois unos rojos de pacotilla! Eso es lo que sois y merecéis un escarmiento. Ándate con cuidado porque el nombre de tu familia no te va a librar siempre de pasar una noche en Sol. Elige mejor a tus amigos, es un consejo.

Todavía recuerda cómo recogió sus cosas mientras otros compañeros eran llevados a Sol y se siente culpable. Lo primero que hizo al salir de comisaría fue llamar por teléfono a Pedro y dejar el mensaje. Antes de entrar al portal de su casa se arregló la ropa un poco y se retocó el pelo. Quería evitar que su abuela notase algo raro en ella. Cuando abrió la puerta se encontró con su tío que salía de casa, se saludaron y nos se dijeron más. La comunicación entre ellos era escasa o nula. Su tío no sabía hablar, sólo dar órdenes.
Al entrar en el salón, su abuela estaba hablando por teléfono con una amiga, le dio un beso y se metió en su cuarto. Cuando poco después su abuela entró en la habitación la encontró tumbada en la cama con la luz apagada. Montse le dijo que le dolía mucho la cabeza y que no quería cenar. Su abuela le dio unos calmantes y la dejó dormir.
Hoy, aunque quisiera quedarse en la cama tiene que ir a la Universidad, sus amigos y Pedro la están esperando y su abuela llamaría al médico si se quedara. Antes de salir al comedor para desayunar vuelve a mirarse en el espejo, gracias al maquillaje, la imagen que ve no refleja cómo se siente por dentro y decidida se reune con su abuela en el comedor.

- Buenos días abuela- dice sentándose a la mesa a desayunar.

- Buenos días cariño ¿se te ha pasado el dolor de cabeza?

- Sí abuela, no te preocupes pero se me ha hecho tarde ¿te importa que solo me tome el café? Prometo comerme un buen bocadillo en la facultad.

- Sabes que no me gusta que salgas con el estómago vacío.

- No volverá a suceder, abuela. Eres un sol, hasta luego.
Cuando Montse llega a la facultad se encuentra con Pedro que está hablando con Amanda. Cuando la ven, Amanda la saluda y enseguida se retira para que los jóvenes puedan hablar de sus cosas.
- ¿Qué quería? pregunta Montse

- ¿Ella? nada, he sido yo quien la ha parado para hablar. Ayer estaba con la profesora de literatura de mi hermana y con el periodista que quiere hacer un reportaje con nosotros. Patricia sacó a Cristina y a sus amigas de la facultad y el periodista se quedó con la profesora Sepúlveda. Salieron sin problemas, me dijo. No le he dicho nada de ti, no te preocupes. Cuéntame lo que pasó y por qué no podía llamarte a casa.

Montse le puso al corriente de todo y de cómo llegó a casa.

- ¿Seguro que el comisario no le ha ido ya con el cuento a tu tío?

- No lo sé, anoche nos cruzamos en la puerta y no dijo nada  y esta mañana ya se había ido cuando yo salí a desayunar. No creo que le diga nada, me dio la impresión de que, aunque parezca raro, estaba de nuestro lado o que nos entendía. Cuando se quedó a solas conmigo me dijo que él temía que un día su hijo también hiciera lo mismo y que correr delante de la policía no iba a solucionar nada.

- Ya es raro, sí, pero no me fio de ningún policía. ¿No te preguntó con quién estabas o algo parecido?

- No, no me interrogó. Cuando llegamos nos metieron a todos en una celda, nos pidieron la documentación y al rato vinieron a por mí. Me llevaron al despacho del comisario mientras a unos cuantos se los llevaban a Sol. No sabes lo mal que lo pasé. Pensaba que me iba a hacer miles de preguntas o a intimidar como hace siempre mi tío, pero no, sólo me dijo lo que ya te he contado y cuando salió el inspector que estaba con él me dijo lo de su hijo. ¿Sabes si han soltado ya a los demás?

- De nuestro grupo sólo te cogieron a ti y he oído que algunos de segundo ya están libres y que el decano les ha citado.

- Ahí vienen lo otros, vamos para el aula.


Patricia se entera por Cristina de que Montse está libre y, aunque no conoce los detalles, se alegra por ella. Le recomienda a Cristina que tenga cuidado y entran en la clase.
Al salir del instituto, Carlos la está esperando y se van a comer juntos a un restaurante cerca de Sol. Sentados a la mesa le cuenta la charla con Cristina y Carlos le habla de Amanda y le resume la conversación que tuvieron y la duda que tiene sobre la paternidad de Sandra.

- Cuidado Carlos, no se te ocurra preguntárselo. Quizá tengas razón pero no estás en posición de reclamar nada y menos aún de ofrecer algo.

- No hace falta que me lo recuerdes Patricia. Sólo me gustaría saberlo. No pienso reclamar nada ni creo que Sandra necesite un nuevo padre.

- Bien, volviendo a nuestro cometido. Anoche me aseguraron que hoy mismo tendría la información que pedimos sobre la familia de Pedro. Nos falta la de Montse, pero por lo que me ha dicho hoy Cristina, hay que tomar precauciones extra. Su padre es diplomático y su tío, con el que vive, coronel de la Guardia Civil.
- Lo tendré en cuenta. Mañana buscaré a Pedro y hablaremos de la entrevista.

- Estupendo.

Después de comer, Patricia regresa al instituto, porque hoy tiene un grupo de repetidoras de reválida, mientras que Carlos va a la agencia de noticias para la cual trabaja.


Leonor y Serafín han acudido a casa de Ana y Mario para ayudarles en los preparativos de la fiesta. Serafín ha traído su viejo tocadiscos y sus elepés preferidos de la época. Leonor ha llegado cargada con pantalones de campana, faldas largas de flores y blusas de todos los colores. Todos tienen ganas pero primero tendrá lugar la fiesta de Teresita. El cumpleaños lo han planeado de 2 a 5 de la tarde y,  aprovechando que es sábado y que hace buen tiempo, lo harán en el jardín. Han invitado a una cuentacuentos y tienen pensados unos cuantos juegos para la prole.








                                 
                                         


 

domingo, 24 de octubre de 2010

Madrid, mayo del 68. Capítulos III y IV


 



Capítulo III


- ”Es una gran oportunidad que no podemos dejar pasar si queremos ganarnos la confianza de los estudiantes. Tenemos que ir,  Carlos tiene razón, a pesar del riesgo que podamos correr si la policía rodea la facultad”,  piensa Patricia mientras baja las escalinatas del instituto sin oír lo que la profesora de filosofía le está contando.

- Perdona Nieves, estoy un poco distraída ¿qué me preguntabas?

- ¡Ni que lo digas!, yo diría nerviosa más que distraída, te has pasado la pausa mirando el reloj y no has hablado con nadie.

- No Nieves, no estoy nerviosa, estoy preocupada. Algunas de mis alumnas quieren asistir esta tarde al concierto que va a haber en la Complutense. Temo que se forme jaleo y ellas son demasiado jóvenes, no tienen experiencia en correr delante de la policía.

- ¿Te refieres al concierto de Raimon? Seguro que habrá follón, aunque no entiendo por qué quieren ir tus alumnas, al fin y al cabo el canta sólo en catalán y tu das literatura y francés, no veo la conexión.

- Y no la hay con mis clases, Nieves. Una de ellas tiene un hermano en la universidad y la novia del chico es catalana y les ha animado a ir. Bueno, ¿qué me preguntabas antes? Tengo un poco de prisa.

- ¡Ah, tienes razón!, te preguntaba que si hoy no habías quedado con ese amigo tuyo, el chileno; quizá podíamos comer juntas para intercambiar ideas sobre la exposición que la profesora de historia quiere hacer.

- Me parece muy bien, pero hoy no puede ser. ¿Podemos quedar mañana?

- Está bien pero... ¿has quedado con él si o no?

- Nieves no seas tan curiosa por favor. Sí, he quedado con él para ir a comer pero le voy a fastidiar el plan, le voy a proponer ir a la facultad a ver como está con lo del concierto y de paso vigilar a mis alumnas. ¿Te vienes?

- ¿Yo? No gracias, no estoy tan loca como tú. Deja a tus alumnas, si se meten en líos, allá ellas. ¿De verdad vas a ir?
- Quizá.

Patricia se despide de Nieves y sube a coger el metro a la glorieta. En Argüelles está Carlos esperando y desde allí van juntos a Moncloa para continuar a pie hasta la facultad donde han quedado con Pedro y sus amigos. El caminar les viene bien, pueden observar el ambiente y el movimiento de la policía mientras bajan por la avenida que lleva al campus. Un camarada les ha puesto al corriente de la trayectoria del chico que va a dar el concierto y de su canción más conocida y seguro que la más esperada por todos: ”Al vent”, al viento, en español. También les ha dicho que para muchos estudiantes esa canción representa el grito de los jóvenes a la libertad.

Amanda, sentada en una de las tribunas del aula, saluda a Carlos y Patricia que acaban de hacer su entrada y les indica que les ha guardado sitio. Se acercan a ella sin hacer ruido mientras en el improvisado escenario se oye:

”Al vent, la cara al vent,
el cor al vent, les mans al vent,
els ulls al vent, al vent del món.”


El aula está al completo, los estudiantes sentados en el suelo cantan las canciones como su autor ”al viento del mundo” con ganas y convencidos de que las palabras que cantas son sus palabras, son sus deseos.
Pedro y sus amigos se encuentran bastante retirados de Carlos y Patricia pero se han visto y se han saludado desde lejos. Junto a Pedro están las alumnas de Patricia y ella no sabe si es coincidencia o si el hermano de una de sus alumnas es uno de los del grupo.
El concierto está a punto de terminar cuando el murmullo en los pasillos y el ruido de afuera comienzan a ser más insistentes. Amanda y Patricia intercambian una mirada y Amanda se levanta llevando a Carlos consigo mientras Patricia intenta llegar a donde están sus alumnas. La policía todavía no ha entrado pero el enfrentamiento en la calle ya ha empezado. Cristina es la hermana de Pedro y, al igual que las otras 3 jóvenes, está muy asustada. Patricia le dice a Pedro que ella se encarga de las chicas y quedan en verse después en Callao.
Por suerte pueden abandonar el recinto universitario a tiempo, la policía estaba acordonando la zona pero aún no había llegado a la parada del autobús y allí mismo había un taxi que las llevó hasta Jose Antonio esquina a Callao.


- ¿Queréis comer algo mientras esperamos?- pregunta Patricia a las chicas.

- No gracias, señorita, todavía tengo el miedo en el cuerpo. Gracias de nuevo por habernos ayudado a salir.

- De nada, pero ya sabéis lo que os espera si queréis ir a este tipo de eventos.

- Espero que Pedro y los otros hayan podido salir sin problemas ¿por qué tardan tanto?, ¿qué les pueden hacer si les cogen?

- No nos pongamos en lo peor ¿de acuerdo? . Algunos golpes si pueden haber recibido si se han quedado rezagados pero seguro que no les ha pasado nada y además quizá no tarden en llegar.

- No entiendo por qué los jóvenes no podemos reunirnos libremente donde queramos- dice María, una de sus alumnas.

- Yo tampoco, dice Rita- y tampoco entiendo por qué el lío del catalán y el español con lo de Eurovisión.

- No hay nada que entender, me temo -dice Patricia-, el español es la única lengua oficial de España y las leyes del movimiento no permiten este tipo de actos, los considera subversivos.

- ¿Y a usted le parece bien? –pregunta Cristina

- Lo que a mí me parezca no importa, las cosas son como son y quizá algún día haya un cambio.

- ¿Y que hacía usted allí? –pregunta Rita

- Fui a acompañar a un amigo que quería escribir un artículo para un periódico y me sorprendí mucho cuando os vi. Mi amigo conoció a Pedro en una cafetería y luego nos vimos en la facultad de derecho. No sabía que fuese tu hermano, Cristina.

- Yo tampoco sabía que se hubiesen conocido, aunque dijo algo de un periodista. En casa no hablamos mucho de estas cosas para no preocupar más a mamá.

- ¡Mira, ya vienen!

Pedro y sus amigos estaban ya casi a la altura de Callao y al unirse con la chicas se enteraron de que Montse, la novia de Pedro, no había tenido tanta suerte y se la habían llevado. Les había tocado correr pero Montse tropezó y la cogieron. Afortunadamente el tío de Montse la sacaría enseguida.  “No creo que le pase nada y menos aún cuando sepan quién es su tío” les dice Pedro.

- ¿Cuándo lo vamos a saber? ¿Cuándo la sueltan?

- No lo sé, Cristina. Luego llamaré a su casa y preguntaré por ella.

- Buenos chicos, siento lo de Montse y espero que termine bien. Yo también tengo una llamada que hacer.

- Gracias por su ayuda y perdone, ¿dónde se quedó el periodista que es su amigo?

- ¿Carlos? No te preocupes por él, no es su primera revuelta con estudiantes.

Patricia se despidió de los chicos y se metió en una cabina. La conversación es breve pero tranquilizadora: Carlos estaba a salvo.



Carmen ha quedado hoy con Leonor, a quien no veía desde la boda de su madre. Juntas comentan lo que Beatriz ha escrito hasta ahora y Leonor no puede evitarlo, recuerda ese año con nostalgia y tararea algunas de las canciones que fueron grandes éxitos. A Carmen se le ocurre la idea de organizar una fiesta hippy con música de esos años, desde Joan Baez hasta los éxitos de Serrat y de varios más. El jardín de la casa del Viso vendría de perlas y seguro que Mario podría contar cosas de esos años y Serafín también. Beatriz, se une a ellas cuando están comentando lo de la fiesta y la idea le encanta. A veces lamenta el no haber nacido antes para haber sido una hippy en toda regla.


capítulo IV


Carlos llega a la pensión cansado y contento aunque pensativo, muy pensativo. Patricia ha recibido el mensaje y mañana hablarán de los acontecimientos pero esta noche es para él. Amanda y él habían hablado, no lo habían planeado pero la conversación surgió por si sola. Cuando los disturbios no habían hecho más que comenzar, Amanda no lo pensó mucho y, tras cerciorarse que Patricia estaba de acuerdo, le había sacado del recinto utilizando su pase de profesora.  El tiempo había cambiado la fisionomía de Carlos y tenia una nueva identidad, pero su huellas digitales eran las mismas, no se podía correr el riesgos de que fuese detenido y despertaran sus antiguos carceleros.

Tumbado sobre la colcha, recuerda la salida de la facultad y la llegada al estudio de Amanda, en la calle Princesa. Lo primero que hicieron fue llamar a Agustín para asegurarle que estaban bien y que le diese el recado a Patricia cuando llamara. Amanda comunicó de paso a su marido que seguramente llegaría tarde, tenía una conversación pendiente y ahora era el momento.
- No sabes lo enfadada que he estado contigo durante un tiempo aunque en el fondo entendiese tu postura. No tienes ni idea. Ni tú ni Agustín me dejasteis decidir lo que yo realmente quería, después vino tu detención y la notificación de tu fallecimiento. Hasta hace apenas un mes estabas muerto. Cuando Patricia se presentó en casa pensé que me estaba volviendo loca.

Carlos hace una pausa en su recuerdo y enciende un cigarrillo. Amanda hablaba sin rabia pero dolida y la buena nueva de su resurrección le había vuelto a abrir la herida sin querer. Las caladas son continuas y cuando el pitillo es casi ya una colilla lo apaga en el cenicero, cierra los ojos y sigue con el monólogo de Amanda.

- Agustín me ha dado lo que tu querías: estabilidad, seguridad, cariño, compañerismo y ha sido un buen padre para nuestra hija. Me ha dado su amor pero yo no he podido nunca corresponderle del todo, siempre has estado en mi recuerdo, aunque no quisiera; me preguntaba una y otra vez  ¿cómo hubiera sido, si el destino no nos hubiese separado?, ¿qué hubiese pasado si te hubiese seguido a Francia? No podía soportar la idea de que tu cuerpo no apareciese, de que nadie nos diese razones de ti. Miles de preguntas todos los días que Agustín aguantó estoicamente. ¿Sabes que buscó en todos los registros y molestó a un amigo en París para que tratase de averiguar si ellos sabían más que nosotros? Nada dio resultado...hasta hace poco, que apareció Patricia.

-  Lo siento Amanda, de verdad. Tienes que creerme. Siento el daño que te hecho pero fue por tu bien. Tardé tiempo en recuperarme y cuando contacté con el partido estuve un tiempo inactivo, tenía que volver a aclimatarme. Meses más tarde, el partido me dio de nuevo de alta, pero mi puesto ahora estaba en las oficinas del aparato en Rumanía. Nadie tenía que saber que seguía vivo, ni mi primo, ni vosotros, ni nuestros amigos del barrio.
Aunque no te lo creas, desde la sombra, siempre he intentado seguir tu rastro y el de mi primo. Sabía que habías sido madre y que tras varios altibajos habías terminado licenciándote y que trabajas codo con codo con Agustín. Era feliz, pensando que tú también lo eras, aunque fuese a tú manera y no me arrepiento de la decisión tomada aunque lamento el daño que te he hecho y espero que algún día puedas perdonarme.
- Ya lo he hecho Carlos, nunca olvidé tus palabras: “no lucho por mí, ni lucho para hoy, lucho por un mañana con un futuro prometedor para todos y mi vida no vale nada, la de vosotros es la que cuenta”, por eso te perdoné, por eso he tratado de hacer que mi matrimonio fuese un matrimonio al uso y no uno más de conveniencia. Yo también tenía que luchar para el mañana de otros, el de mi hija entre ellos. ¿Sabes dónde está ahora? En Vietnam. Su marido es periodista y ella se ha ido de fotógrafa con él. No es su primera guerra. Ya estuvieron en Bolivia tras los pasos del Che. Estamos muy orgullosos de ella, es una pena que no hayas podido conocerla.
Carlos abre de nuevo los ojos y se sienta en la cama. En el escritorio que hay en su habitación, en uno de los cajones,  hay un recorte de periódico. Amanda no le ha querido decir nada y él no se ha descubierto. Despacio, como dudando, desdobla el recorte y lo mira por segunda vez. Pertenece a las noticias de sociedad de una conocida revista. Junto con la noticia, hay una foto de unos novios....” la señorita Sandra Sepúlveda y el Sr. Ramón Cortijo Saenz han contraído matrimonio en...”  Carlos no lee más, dobla el recorte de nuevo, lo mete en el cajón y cierra el escritorio mientras se sirve una copita de coñac y encendiendo otro pitillo vuelve a sentarse en la cama.
Se llama Sandra como su abuela y desde que Patricia le proporcionó el recorte no ha parado de preguntarse si Agustín es el padre de Sandra. Quizá no lo llegue a saber nunca pero una voz interior le está dando la razón.




Beatriz mira atentamente la cara de Carmen, quiere ver su reacción antes de oír sus palabras. Carmen le devuelve la mirada y se sonríe...”No, no me sorprendes Beatriz, me esperaba algo así y me gusta la idea de que Carlos pueda ser el padre de Sandra” le dice y después hablan de la fiesta y de las ganas que todos tienen.
Leonor se está encargando de reunir la vestimenta y la madre de Carmen, aunque lo encuentra divertido, no quiere ni oír hablar de ponerse nada hippy. No le gustaba entonces y ahora tampoco. Teresita es la que está más excitada, no entiende nada pero las fotos que ha visto de hippies floreados y pelos largos le hacen gracia y quiere ser una niña hippy. Por supuesto que ya ha preguntado si sus amiguitas y Javier pueden acudir.
Beatriz retoma su novela mientras Carmen va a casa de su madre.



domingo, 17 de octubre de 2010

Madrid, mayo del 68. . capítulos I y II






Capítulo I

Sentado en una cafeteria de la calle San Bernardo, alrededor de las 7 de la tarde, hay un hombre de unos 50 años que observa atentamente las mesas vecinas, en especial la que hay a su derecha, sin dejar por eso de mirar a la calle. A esa hora la cafetería está llena de gente joven, nada raro si tenemos en cuenta que unos metros más arriba hay un instituto con el nombre de un gran escritor y dramaturgo del siglo de oro, y un poco más abajo diversas academias y más cerca aún el paraninfo de la universidad.
En su mano derecha, una copa de coñac y un cigarrillo en la otra; sobre la mesa, el periódico de la tarde, recién comprado en el quiosco de la esquina,  en la portada estudiantes franceses manifestándose en una hermosa tarde de mayo.
“Esta primavera se presenta caliente y el verano puede que aún lo sea más. Quizá algún día se recuerde este año de 1968 como el año del cambio”, piensa nuestro hombre mientras echa una calada, bebe un sorbito y vuelve a mirar furtivamente su reloj.
Los minutos pasan y la persona con la que ha quedado sigue sin entrar por la puerta y vuelve a centrar su atención disimuladamente en la mesa vecina, donde un grupo de estudiantes discuten e intercambian opiniones como si estuviesen solos, como si la cafetería estuviese vacía y sólo ellos pudiesen oírse. París y los estudiantes, ese es el tema en ese momento y uno de ellos cree tener información privilegiada: tiene un primo que vive en el barrio Latino y, aunque no es estudiante, trabaja en una cafeteria cerca de la Sorbona.
Otro chico dice que él tiene un tío en Francia y que es del PC al tiempo que otro amigo le recomienda que baje la voz e inmediatamente se pone nervioso y mira para otro lado.
El hombre de 50 años pide otra copa y quiere encender otro cigarrillo pero el mechero rehusa y con gesto como de fastidio, pero educadamente, le pide al joven que tiene un primo en París si le puede dar fuego.

.- Perdona, ¿podrías darme fuego?, creo que se me ha acabado la mecha.
.- Sí, claro.  – contesta el chico alcanzándole el mechero de gas.

La excusa del mechero siempre funciona y el hombre  comienza despreocupadamente a entablar conversación con los jóvenes estudiantes y en especial con el chico que dijo tener un pariente en el PC.....


Así empieza Beatriz su novela, una novela basada en Fernando y en su lucha. Nunca conoció a Fernando, pero su sombra está presente y  Carmen acaba de leer las primeras líneas. Le gusta el principio y no tiene duda de que su compañera y esposa utilizará los datos obtenidos, cuando juntas paseaban en busca del pasado de su familia, de la mejor manera posible.
Beatriz no nos trae a Fernando, Fernando era irrepetible según ha oído, pero nos presenta a Carlos, quien, como él, es un luchador nato, un defensor de la libertad y la igualdad entre los pueblos y fiel a las causas de su partido. Carlos, al igual que Fernando, ha existido y siempre existirá mientras reine la injusticia. Carmen sabe por boca de Beatriz que la novela no va a ser un paseo por la guerra civil sino más bien un homenaje a los jóvenes de los 60 y a sus predecesores.
Carmen sigue leyendo y descubre que Carlos, superviviente de una emboscada, estuvo a punto de perder la vida en manos de los guardias. Le dieron por muerto pero el destino puso a una anciana en su camino que le ayudó a levantarse y a recuperarse.
Carlos vuelve a Madrid tras pasar algunos años en París y Bucarest, siempre al servicio del partido. El tiempo cambió su fisionomía pero no sus ideas y su nueva misión es crear nuevas células.
Patricia es su compañera de partido y vive desde hace más de 10 años en Madrid. Ha quedado con él en la cafetería, pero un pequeño contratiempo retrasa su llegada  y nos permite retomar la conversación con Carlos y los estudiantes.

.- Disculpad si me entrometo en vuestras cosas pero ¿no tenéis miedo de hablar de estos temas en una cafetería? Afortunadamente soy periodista y no policía ¿no deberíais tener más cuidado?

.- No hemos dicho nada malo, sólo lo que la prensa comenta y lo que ha dicho Miguel de su tío no es verdad.

.- Lo siento, -dijo Miguel- lo he dicho por decir. No tengo ningún tío en Francia y ¿cómo sabemos nosotros que eres periodista?

.- No lo podéis saber como yo no puedo saber si dices ahora la verdad o no pero me puedo presentar. Me llamo Carlos Soler, he pasado algún tiempo fuera de España y desde hace dos meses vivo aquí de nuevo. Escribo para un periódico chileno y me gustaría escribir algo sobre los jóvenes de ahora, sobre sus inquietudes, estudios etc. Me gustaría conoceros un poco más y quedar un día para hablar sobre los temas que os interesan. ¿qué os parece?

Los jóvenes se miran entre sí y, después de un silencio, el que parecía ser el mayor de todos dice:

..- Yo me llamo Pedro y quizá sea interesante quedar con usted en la cafetería de la universidad. Yo estudio derecho, como algunos de los que estamos ahora aquí pero ¿cómo podemos contactar con usted si nos decidimos?

.- Os puedo dejar el número de la pensión en la que estoy. Llamadme cuando os parezca bien y ahora perdonad, pero la persona a la que estaba esperando acaba de entrar. Aquí os dejo el número,-dijo acercándoles un papel con un nombre y un teléfono.

Patricia Galindo entra en la cafetería apresuradamente, se nota que viene corriendo y al llegar a la mesa en la que está Carlos mira con extrañeza a los jóvenes con los que estaba hablando su amigo.
Patricia y Carlos se besan en la mejilla y quizá porque ella se había retrasado Carlos paga su consumición y abandonan juntos la cafetería.

Al salir a la calle, Patricia se disculpa por su tardanza, sus tareas como profesora en el instituto la habían hecho retrasarse. Carlos le cuenta la conversación con los chicos y a Patricia en un principio la idea no le gusta nada de nada.

.- ¿Cómo se te ocurre Carlos? ¿Desde cuando decides tú cuando hay que reclutar gente para el partido?

.- Mujer, no te pongas así. Lo del artículo es verdad, tengo que entregar uno y quizá descubra cosas interesantes y sobre todo gente realmente comprometida. Sabes que necesitamos reforzarnos y aunque no tengamos órdenes de inmediato nada nos impide orientarnos sin descubrirnos.

.- Quizá tengas razón, al fin y al cabo son universitarios y estudiantes de derecho pero por eso mismo hay que tener cuidado. En la facultad de derecho es donde el régimen tiene más gente infiltrada.

Patricia y Carlos siguen su conversación subiendo por San Bernardo hasta llegar a Bilbao y entran en una vivienda de la calle Luchana, en pleno barrio de Chamberí, y toman el ascensor hasta el segundo piso. Al llamar al segundo derecha les abre la pesada puerta un camarada de aspecto bohemio y con gruesas gafas de montura de concha.

..- ¡Qué tarde llegáis!- les dijo a modo de saludo- Llevámos más de media hora esperando vuestra llegada. Ya pensábamos que os había pasado algo.

.- Tranquilo, no pasa nada- dijo Carlos-, Patricia se ha entretenido más de la cuenta.

Entran en el comedor de la casa donde se encuentran dos compañeros más y empiezan a comentar las noticias llegadas de París. Les acababan de comunicar que más de un millón de franceses se habían manifestado en París. Obreros, estudiantes, profesores y artistas, todos juntos, codo con codo y que la policía se vio desbordada y optó por abandonar las calles.
Tienen previsto que varias delegaciones estundiantiles se reunan en las próximas horas ante las fábricas más importantes y que los obreros ocupen las fábricas.
Las órdenes para ellos llegarán pronto, de momento tendrán que seguir vigilantes y acudir a actos culturales solidarios con las movilizaciones obreras y a los conciertos de los cantautores.

Al filo de las 10 de la noche Patricia abandona el edificio acompañada de un camarada y Carlos permanece en la vivienda durantes algunas horas más. Sus planes para el día siguiente pueden realizarse, el partido no se opone, al fin y al cabo están en deuda con su vieja amiga y su marido.
Mañana se verán de nuevo, después de tanto tiempo y Carlos no puede evitar estar un poco nervioso. Sus sentimientos no han cambiado pero quizá los de ella si lo hayan hecho y además su vida con su marido ya está consolidada, los años quizá no borren los recuerdos pero crean nuevos lazos.


Al llegar a este punto, Carmen levanta la vista y sonríe. Beatriz no lo ha podido evitar y Chamberí sigue estando presente, ciertas cosas son inevitables, piensa, y sin hacerse más de rogar le da su opinión sincera de este primer capítulo, como ella le ha pedido.

Capítulo II


El día amanece con cielo despejado y un sol primaveral invita a caminar. Amanda y Agustín así lo hacen y juntos, como todos los días, acuden a la universidad. Para Agustín este será su último año como profesor. Tras 30 años de docencia desea retirarse y retomar su novela a medio escribir. Amanda, por su parte, a sus 42 años lleva apenas 10 años como profesora auxiliar en la misma facultad que su esposo y su deseo sería llegar a ocupar la plaza que él va a dejar vacante. Sabe que no va a ser nada fácil, que una mujer catedrática es todavía una quimera pero no pierde las esperanzas y Agustín está dispuesto ayudarla como siempre y como hoy.
Hoy debería ser un día como ayer, piensa Amanda, pero sabe que no es así. Hoy tienen un encuentro con alguien del pasado, alguien a quien creían muerto pero que ha vuelto y está deseando acudir al mismo tiempo que teme el momento. Agustín sabe que el encuentro es inevitable pero está tranquilo.
Carlos se ha levantado hoy algo más tarde que de costumbre y debe apresurarse. A las tres  ha quedado en el bar de la facultad con Amanda y Agustín  pero antes debe pasar a recoger a Patricia al instituto. El partido no se opone al reencuentro de Carlos con el matrimonio Sepúlveda pero Patricia debe acompañarle. A Carlos le hubiera gustado que el encuentro sólo hubiese sido entre él y Amanda pero sabe que no puede ser, como todo lo que él empezó con Amanda: un sueño maravilloso pero imposible de realizar.
Pasadas las tres de la tarde, Patricia y Carlos entran en la cafetería de la facultad y se reunen con Amanda y Agustín. El saludo entre ellos es cordial y hacen lo imposible para reprimir las emociones.

.- ¡Parece mentira estar de nuevo contigo, Carlos!-dice Amanda- Desde que Patricia nos comunicó que te habías salvado y que muy pronto ibas a volver no he dejado de pensar en este día.

.- Yo también Amanda. Estaba deseando volver a veros. Siento mucho no haberme podido comunicar con vosotros y espero que lo comprendáis.

.- No te preocupes,- dijo Agustín- era lógico que fuese así, lo importante es que estás vivo, estás cambiado pero sigues siendo tú y que ahora estás de nuevo aquí.

.- Tienes razón Agustin, Carlos está cambiado pero en sus ojos sigo viendo la misma expresión de siempre. ¡Ojalá esta vez nuestra ayuda sea más eficaz!

.- Vuestra ayuda fue esencial, Amanda-dijo Patricia- por eso el partido ha permitido este reencuentro y quizá podáis ayudarnos a su debido tiempo.
Amanda y Agustín ponen a Carlos al corriente de sus vidas y en eso están cuando un joven se acerca a la mesa.
.
- Perdón por el atrevimiento profesor Sepúlveda, no sabía que conociera a este periodista.

.- Hola Pedro, yo tampoco sabía que tu lo conocieras.

.- Me alegro de volver a verte, Pedro-dijo Carlos-, permíteme presentarte a mi compañera Patricia. Trabajamos juntos en la misma revista además de ser profesora de literatura en el Lope de Vega.

.- Encantada, -contestó la aludida mientras le daba la mano-, creo que os conocisteis en la cafetería de San Bernardo, ¿me equivoco?

.- En absoluto. Mientras te estaba esperando entablé una pequeña conversación con Pedro y sus amigos.

Agustín invita a Pedro a sentarse pero éste rehusa alegando que tiene que volver a clase. Antes de despedirse les informa del recital que va a dar un cantautor valenciano al día siguiente. Si tenía interés en saber cómo pasaban los jovenes estudiantes su tiempo, estaba invitado a ir. Carlos promete pasarse con Patricia y cuando Pedro se retira continuan con sus recuerdos. Horas más tardes se despiden y, camino de Moncloa, Carlos le cuenta a Patricia su historia con Amanda:

Cuando conocí a Amanda- le dice a Patricia- era una chiquilla que acababa de perder a su padre al poco tiempo de regresar a España. Su madre, Sandra,  aprovechó sus conocimientos de francés y empezó a trabajar como traductora en la editorial en la que el partido me había infiltrado y Amanda comenzó su primer año universitario como le había prometido a su padre. Por aquel entonces, Agustín estaba escribiendo su primer libro y los contactos con la editorial eran continuos. En una comida que organizaron conocí a Amanda, que había ido acompañando a su madre, una mujer muy comprometida en política pero que desde su regreso a España había dejado sus actividades aparcadas. El régimen, si bien les había permitido regresar, no había olvidado su pasado republicano y su nombre se encontraba en la lista de personas a vigilar. Amanda, por el contrario, manifestaba abiertamente su descontento con la España en la que tenía que vivir y deseaba regresar a Francia. Echaba de menos a sus amigos y a la libertad de acción que allí tenía. Descubrió que tanto con Agustín como conmigo podía ser ella sin tapujos, hablar de sus cosas y dar su opinión como una más. Los dos empezamos a sentir algo más que amistad y, aunque yo traté de evitarlo, Amanda no aceptó un no por respuesta. Agustín también se enamoró de Amanda pero por deferencia a Sandra y su diferencia de edad,  silenció sus sentimientos y se conformó con ser el asesor de Amanda en la universidad. Mis obligaciones con el partido me impedían ser sincero con Amanda y vivimos una pequeña pero intensa historia de amor sin futuro. Amanda era menor de edad y, aunque Sandra no veía con malos ojos nuestra relación, supo desde el primer momento que en mi vida no había sitio para formar una familia. Nunca hablé con Sandra de mis actividades para el partido pero tampoco fue necesario, ella lo intuyó enseguida, no en vano había sido también militante durante el tiempo de la república. A finales de curso, Sandra sufrió un accidente y falleció dejando a una Amanda huérfana y sin más familiares que un tío en Sevilla fiel seguidor del régimen. El fatídico accidente coincidió con el fallido intento de eliminar a un topo muy peligroso. Mi camarada pudo cruzar la frontera y yo debía reunirme con él en pocos días. Amanda quería regresar a Francia antes de que su único tío reclamase su custodia. Yo amaba a Amanda pero mi vida corría peligro y casarme con ella y llevármela a Francia hubiera significado poner en juego la de ella también. Agustín, preocupado y enamorado de Amanda, habló conmigo de mis planes y, al saber que no tenía ninguno en concreto y que debería abandonar Madrid en breve,  propuso a Amanda casarse con él para eludir la custodia del tío. A mí me apereció una buena idea. Agustín era una muy buena persona, una persona seria y con un porvenir. Él podría ayudar a Amanda a cumplir su promesa de licenciarse en derecho. Como era de esperar, Amanda se enfadó muchísimo conmigo y, aunque no estaba del todo convencida, decidió aceptar la propuesta de Agustín. A los pocos días fui detenido y, gracias a los contactos de Agustín, liberado más tarde y ya sabes lo que pasó después. Al cruzar el valle de Arán caí en una emboscada junto con otros camaradas y allí se quedaron muchos de ellos para siempre. Todavía desconozco qué fue lo que permitió que las balas no acabasen conmigo pero salvé mi vida y el resto lo conoces muy bien.

.- En efecto, lo conozco muy bien-dijo Patricia- y no es necesario que me lo recuerdes. Espero que no vuelvas a cometer la misma equivocación de nuevo. El matrimonio Sepúlveda ha formado una familia y el pasado no puede volver.

.- No te preocupes, está vez no pasará. No puedo borrar mis recuerdos con ella pero no tengo intención de volver a revivirlos.


Beatriz y Carmen están leyendo juntas el segundo capítulo, pero esta vez Carmen no está muy de acuerdo con ella. El amor, le recuerda, levanta sus propias fronteras al igual que derriba otras y quizá no debiera cerrar la puerta tan pronto entre Carlos y Amanda. Beatriz se sonríe ante el comentario y asegura que todavía no hay nada seguro, que la novela está tomando forma pero sus personajes pueden tomar vida por si mismos al menor descuido. Los comentarios terminan al oír la voz de Teresita, que acaba de entrar en el salón y ha visto la tarjeta que les han enviado la abuela Ana y Mario desde Valencia. Carmen se apresura a leérsela mientras recuerda con emoción la pequeña ceremonia de la boda de su madre y Mario.


miércoles, 6 de octubre de 2010

vacaciones,casa rodante y canas

Como caracoles buscando el sol.




Desde hace un año tengo la suerte de poder ir de vaciones en el mes que quiera. Este año hemos tenido la fortuna de disfrutar de dos meses haciendo turismo, conociendo gente nueva y pasar buenos ratos con la familia.
En mayo, un volcán se puso tonto y estuvo a punto de chafarnos el vuelo pero le dimos esquinazo, mejor dicho, el viento nos hizo el favor de llevar sus cenizas a otra parte de Europa.
En septiembre decidimos coger la caravana e ir de camping en camping según nos vienera en ganas. Dicho y hecho. Francia es siempre nuestro país dormitorio al menos durante los primeros días del viaje y sabemos lo que podemos esperar y encontrar en temporada alta....pero ¿y en septiembre? pronto lo sabríamos.
Nuestro primer camping, cerca de Orleans era un viejo conocido de agosto del año pasado y sorprendentemente, pensábamos que no habría mucha gente dado el mes en el que estábamos. Sí había, quizá porque muchos, al igual que mi marido, ya no tienen que ir a trabajar todos los días y los campings se vuelven otoñales y sus nuevos usuarios de sienes blancas, vuelven a llenar sus parcelas de autocaravanas y caravanas que es un primor...quién sabe si hasta agosto algo de envidia le tiene. Nacionalidades diferentes, pensionistas, jubilados o prejubilados...algunos camino de Portugal, otros con destino la Costa Azul, otros las costas españolas pero todos , como buenos caracoles con la casa a cuesta en busca de un mismo destino y un mismo fin : buscar el sol , pasar algunas semanas al abrigo del sol que más caliente..
Laberintos de idiomas, a la derecha alemanes, a la izquierda ingleses, enfrente holandeses, un poco más lejos los italianos y algunos franceses. Decir hola, buenos días o buenas tardes en varios idiomas no es problema alguno, comunicarse indivudualmente con uno u otro tampoco lo es pero cuando el corrillo deja de ser de tres el inglés es el idioma rey.
Segundo día y segundo camping. Otro viejo conocido pero en este no hay laberinto de idiomas ni nacionalidades...todos, salvo yo, resultan ser holandeses,  es un camping holandés.....en medio del estuario del Girona y de tanto francés  un ""enclave"" holandés, Chez Gendrom, es de agradecer y también la información de que el camino de santiago a la vuelta de la esquina está.
Al día siguiente sin prisas pero sin pausa el camino nos llevará a España y a su primer camping , camping Itxaspe en Itziar, en la preciosa costa vasca... entre el mar y la montaña.
Por primera vez en tres días no tenía vecinos ingleses u holandeses, esta vez eran catalanes a punto de terminar sus vacaciones y valencianos los de más abajo y ¿el resto? holandeses, alemanes, ingleses, franceses e italianos ...!faltaría plus!.

San Sebastián, Zarauz y Deba  vosotras seriáis las próximas víctimas de la cámara de mi marido.

En el camping de Itziar mi portátil se puso rebelde, de internet no quería ni oir hablar. Era gratis en la zona Wifi pero me tuve que rendir a la evidencia, cuando dice que no, no hay software que ayude y ni los holandeses y alemanes que la zona compartían pudieron ayudarme. Mi marido me prestó su portátil hasta Salamanca.
Para olvidar la rabieta de internet nos fuimos por la impresionante carretera de la costa, la N-634 y entre Getaria y Zarauz nos sorprendieron las olas del cántabrico. El oleaje es tan fuerte en algunos puntos que los automobilistas reciben duchas gratis. Afortunadamente las ventanas estaban cerradas y un poco más arriba, aún a riesgo de recibir otro baño sin pedirlo, paramos e hicimos fotos, además de descubrrir que de Zarauz a Getaria se puede ir andando pues su paseo marítimo une las dos ciudades.
Paseando por Zarauz encontramos un Eroski y nos vino de perlas. Allí compramos los aparatos necesarios para poder ver la tele en España y nos invitaron a asistir a sus fiestas, !bonita ciudad Zarauz!...por todos los lados que fuimos nos encontramos con las fiestas y nos adelantábamos en un día a la vuelta que se corría por esos días.



San Sebastián al día siguiente con la lluvia jugando a chinchar un poco. Ora llovía ora escampaba pero la ciudad merecía la pena. En su playa, acogedora como siempre, nos refugiamos de una nube negra que descargó con ganas. Había gente en el agua y a pesar de la lluvia la temperatura era agradable. Unas fotos por aquí y por allá y la hora de comer se echó encima.




Más tarde, antes de regresar al camping, el cielo ya estaba presumiendo de un sol reluciente, nos acercamos a la playa de Deba y allí encontramos algunos caracoles holandeses y alemanes que al igual que nosotros en el camping estaban.




Por la noche y gracias a la antena y al otro aparatito que compramos, vimos la tele aunque quizá fuera por la antena, que era interior, lo que vimos fueron  las teles vascas más que nada porque las demás nos quedamos con las ganas.

Al día siguiente levantamos el campamento y seguimos hasta Ribadesella. Tiempo bueno, viaje corto y camping de lujo.





Ribadesella, Cangas de Onis, Lagos y Oviedo.

Hace dos años estuvimos por aquí y nos quedamos con las ganas de volver. Los picos nos han ganado de una forma u otra y Cangas de Onís tiene un encanto especial. La otra vez el camping estaba en Soto de Cangas pero en septiembre ya estaba cerrado así que eligimos uno cerca de Ribadesella.
Buen camping pero algo complicado para meter la caravana en la parcela. Afortunadamente el vecino de Valladolid, chicarrón fuerte y unos cuantos vecinos más nos ayudaron a meterla. Sorpresa, había aún muchas familias españolas, el cole todavía no había empezado, y el camping tenía además una piscina cubierta.
Qué a los picos van muchos holandeses, ingleses y alemanes podemos asegurarlo, el camping estaba también sembrado con ellos pero esta vez los contactos fueron con los vecinos made in spain.



Al día siguiente fuimos a Cangas y el buen tiempo nos acompañó. Paseamos, vimos su puente y comimos mientras recordábamos cosas de la primera visita. Después subimos a Covadonga, esta vez bajo el sol y en verdad que es otra Covandoga que con cielos grises. La cueva no estaba tan abarrotada como en agosto. Dejamos pasar a unos novios que querían hacerse una foto e inmediatamente después me hice yo una junto a la santina.





Más tarde subimos a los picos y el autobús estaba en la parada pero mi marido quería subirlos en el coche. La carretera estaba a tope y sorprendentemente había muchas caravanas y autocaravanas. Pensaba que eran unos valientes y nosotros también lo fuimos pues cuanto más subíamos más vacas que teníamos que sortear. La última vez nos sorprendió la niebla en el segundo lago y al no ver tres en un burro tuvimos que bajar a ciegas, esta vez esperábamos tener mejor suerte. Llegamos a los lagos y el guardia civil nos invito a darnos la vuelta pues el acceso al parking de turismos estaba cerrado por los preparativos de la vuelta. Mala suerte, no había donde aparcar el coche sin arriesgarse a un accidente o a que una vaca se sentase sobre él y junto con los que venían detrás empezamos el descenso. Vuelta a sortear vacas y a una autocaravana con avería.






Descenso sin más problemas conseguido y para aliviar el susto un café en Ribadesella antes de regresar al camping.

Oviedo nos recibió con lluvia y con manifestaciones de mineros en el camino .
Bonita ciudad adornada con las estatuas de muchos personajes ficticios como la Regenta o reales como Woody Allen.Orgullosos de su historia, como no es para menos, no pudimos evitar el tomar esta foto:


En su catedral el grupo de gaitas estaba preparado para la procesión y la foto no podía faltar.


Hora de comer y de beber algo, pasamos de la sidra porque no nos termina de entrar pero degustamos su fabada y no olvidé de comprar un souvenir para la vitrina de los viajes.

Al día siguiente partimos para Castilla-León.

Día soleado para empezar el camino a Salamanca. Los mineros en huelga y cortando la nacional y el puerto de Pajares cerrado me hicieron sin saberlo un favor. No lo puedo evitar pero con la caravana no quiero puertos. A mi marido le encanta y caravana o no, es lo de menos,  siempre quiere pasarlos pero yo no. Esta vez no había otra posibilidad, obligatoriamente peaje si queríamos salir del principado y entrar en Castilla-León.
Carretera tranquila, parada en el puerto y  Castilla_León nos recibe con un sol arrebatador. Llegamos al camping de Salamanca sin problemas, parcelas grandes, no mucha gente y  todos eran turistas, los mismos de siempre, pero esta vez los incansables viajantes con canas en la sienes  que soñaban con el sol iban  todos camino de Portugal. Porto, La Algarve y el regreso de nuevo, vía España, unos cuantos meses más tarde.

Salamanca, ciudad universitaria, ciudad literaria y ciudad en fiesta también. Martes por la mañana y una Plaza Mayor llena de gente y un grupo tocando pasodobles en su centro. Turistas haciendo foto, sobre todo americanos, entran y salen de información con mapas en la mano.
Universidad Pontificia y Casa de las Conchas y un Ohhhhhhhhhhhhh de los americanos y japoneses. Hora de comer antes de ir a la catedral. Frente a la Universidad una mesa en una terraza libre y un menú del día que apetecía.













Paseo hasta la catedral después de comer, quizá no muy buena opción pero tumbarse en la hierba a dormir la siesta tampoco terminaba de convencer asi pues, catedral de postre sin rechistar.


En la plaza de Anaya  el tren turístico esperaba.
Mucha gracia no le hace a mi marido pero a mi me divierte y de paso veo más calles antiguas y cuestas increibles que no tengo que subir y me entero de otras cosas. Americanos sentados delante de nosotros, el hombre decía saber español pero a la hora de la verdad no pasaba de pedir cerveza y mucho más.
Con el ruido del tren y los saltitos que da no fue fácil seguir los comentarios de los americanos y escuchar al guía mientras mi marido decía que era la última vez, que los baches no eran buenos para la digestión.

Sobrevivimos el tren y de vuelta para la Plaza
Mayor nos sentamos en una terraza a tomar un café.

En el camping de Salamanca pudimos
coger internet sin problemas y casi todas las cadenas nacionales por primera vez.
El chisme funcionaba,  la antena que
acabamos de comprar en un centro comercial era la ideal para el camping.

Al día siguiente visitamos Zamora que no se ganó en una hora pero gracias a la autovía si se llega en algo más de medía hora.

Zamora nos gustó bastante, su casco antiguo es muy compácto y abunda el románico y su plaza principal, plaza de Viriato me permitió contarle la historia de este caudillo lusitano a mi marido que no lo conocía de nada.
Hace 2 años le "'presenté a Don Pelayo" a quien ha vuelto a saludar este año y claro, Viriato no iba a faltar.
















Después de pasear por la orilla del río Duero y por su puente romano regresamos a Salamanca.
Al día siguiente seguimos viaje a Madrid y la primera parte de nuestro recorrido quedaba atrás, ahora unos días de descanso en el camping de Madrid, en Villaviciosa de Odón, cerquita de Bohadilla lo que iba a permitir poder ir a Madrid en metro desde allí y olvidarnos del problema de aparcar el coche.






Madrid, camping y excursiones.


Como siempre y rondando la hora de la comida llegamos al camping. Colocarnos en la parcela e ir al restaurante fue lo primero que hicimos. Mientras comíamos volví a ver, sin prestar mucha atención, es la verdad, AETR y sus nuevas tramas. Me pareció otra serie y pensé que me iba a costar mucho reencontrarme con ella a la vuelta pero ya estoy en ella.

Después de tomar café y ordenar las cosas un poco nos fuimos a ver a la familia a Madrid y la primera foto fue, como no podía ser de otra manera, para las dos reinas de la casa con permiso de la reina mayor, es decir de mi sobrina.
fueron varios días en Madrid con muchas excursiones y reuniones familiares. Comprobar que mi hijo se siente a sus anchas en Madrid (por ahora) y que el curro le encanta tranquiliza y hace muy llevadero su decisión de cambiar Almelo por Madrid.
Plaza de Sol, sábado, a las 6 de la tarde y esquina a Carmen, allí quedamos otra forera y yo. Tarde-noche la más de agradable en compañía en nuestros maridos y una pequeña decepción, El Carbones estaba cerrado pero nos quedamos en la zona, animada como siempre hasta casi media noche.
Mejorada de Campo, Segóbriga y Avila fueron las afortunadas en contar con nuestra visita.
La catedral que el sr. Justo Gallego lleva construyendo en la localidad de Mejorada había picado la curiosidad de mi marido y allí nos fuimos. Impresionado por el trabajo realizado por este hombre ya octogenario y los medios y materiales que utiliza maldecía haberse olvidado su cámara, menos mal que mi teléfono sirvió de tal.



La segunda excursión fue Segóbriga, ciudad romana en la provincia de Cuenca.  En Mayo estuvimos en las ruinas de Bolonia, en Cádiz y la ciudad conquense fundada por los romanos no podíamos ignorarla. Bastante más grande de lo que nos imaginamos pero paseamos por los restos de su teatro, circo, foro, acueducto etc.
Así era en todo su explendor:















formando parte del imperio romano.



y así la podemos contemplar hoy en día





A punto ya de terminar nuestros días en Madrid, después de pasar con la familia varias horas y poder visitar a mi tía que con sus 101 años y su espíritu luchador, camina cada día por las calles de Madrid como si aún fuese una muchacha de veintipocos años, fuimos a Ávila. Desgraciadamente no teníamos mucho tiempo y la visita fue corta pero emotiva.Como siempre pasa, tuvimos que dar vueltas hasta poder aparcar el coche, fuera de la ciudad amurallada y caminar hasta entrar por una de sus puertas.
Información y Turismo nos dio el plano y aunque avisó de que al ser lunes no se podía visitar el museo de Sta. Teresa se olvidó por completo y así pasó que propios y extraños, buenos nacionales, pocos, y japoneses, muchos, nos quedamos con la gana.
La iglesia estaba abierta y la catedral también. Las murallas impresionantes se podían subir y caminar por ellas pero el tiempo se nos echaba encima y lo dejamos para otra ocasión. 





y

después de comer y pasear por su plaza mayor fuimos a buscar el coche.



La tarde la volvimos a pasar en familia y al día siguiente nos fuimos para Valencia.


Valencia y Barcelona.

Nuestras dos últimas ciudades antes de empezar el camino de regreso. Los días habían pasado y teníamos que apurar los últimos al máximo. Hasta ahora todo había ido bien, ningún problema en el camino y el tiempo era bueno.  El diablo a veces enreda, le gusta fastidiar y los humanos somos tontos de capirote en algunas ocasiones.
A 100 kilómetros de Valencia paramos a comer y el diablo se presentó en forma de aparcamientos con cubiertas...fantástico pensó mi marido...pena que llevábamos la caravana y se le olvidó que las vigas podían ser un problema..y lo fueron. Nos quedamos sin las ventanas del techo pero al menos éste estaba intácto. Gran susto por el incidente que quedó en lo mínimo que podía haber pasado pero quitaron las ganas de comer, al menos a mí y llegamos al camping de Valencia con una caravana llorando por la pérdida de sus ventanas.
Al día siguiente unos cuantos plásticos y una buena cinta adhesiva aislante alivió el problema. Ya podía llover, no nos ibamos a calar y en Holanda ya compraríamos las nuevas ventanas.
Valencia y su camping en los arrozales con una playa bien cerquita que no pudimos disfrutar pues el primer día llovió un poquito. Segundo día en Valencia capital, asombrados y maravillados ante su estación, su mercado central y su Lonja por nombrar algunas de sus maravillas que son más de lo que creíamos.

Por la tarde, ya cansados fuimos a tomar el autobús de vuelta al camping pero lo perdimos por un minuto. El famoso minuto nos costó una hora de espera, y menos mal que a pocos metros había un bar con su respectiva terraza. Nos sentamos a esperar y al final terminamos siendo un grupo, ellos guiris, yo no, hablando en inglés de lo bonito que es Valencia y lo buena que esta su paaelja como ellos lo pronuncía. 


de vuelta al camping a recoger los trastos para salir tempranito al día siguiente camino de Barcelona.

!BCN última parada y fonda de nuestro viaje!
A su camping llegamos, como siempre, casi a la hora de comer y si en Madrid era el ""arco iris"" aquí teníamos "" tres estrellas"" y una vez acomodados en la parcela, comentado con los vecinos que eran de Badolana, que Alonso tenía la pole, el ruido de los aviones del Prat nos recordó que el ""tres estrellas"" tenía al aeropuerto como vecino y los aviones, tan lindos ellos, de todos los colores y categorias, casi acariciar se podían cuando por nuestra vera pasaban.


Alguna pega tendría que tener el querer estar a media hora de Barcelona y disponer de una parada de autobús a cinco minutos solamente. Al cabo de algunas horas el ruido se olvidaba y por la noche no volaban con lo cual """El Prat"" se podía soportar.
Domingo por la mañana con muchas ganas el autobús que tomamos hasta la Plaza de Catalunya. Allí nos esperaba una guía muy especial para enseñarnos Barcelona y conversar de todo un poco..!hasta del foro!
Día bueno, brillaba el sol y mucho que vimos y más que quedó por ver pero sobre todo lo pasamos los tres muy bien, más que bien, fue un encuentro genial.
Lunes por la mañana, vuelta con el autobús a Las Ramblas y esta vez al parque Güel.
¿qué foto poner de todas las que hicimos? Difícil elegir, fueron muchas y todas merece ser vista pero hay que decantarse por tres y una del parque ha de ser, llena de turistas, como manda la ley.
Las primeras fotos que en el Paseo de Gracia  se hicieron fue para "" La manzana de la discordia""; por supuesto La Pedrera y la Sagrada Familia fueron fotografiadas desde todos los ángulos, si la manada de turistas no lo impedían y por la tarde La Rambla, La Generalitá y el Arco del deseo que no hay que mirar pues "" entonces será realidad"".



Verdad o mentira, pero si el deseo se cumple me vendrá muy bien y a BCN volveré.

El martes día 28 de septiembre emprendimos el camino de vuelta con buen tiempo y mucho sol que a modo de compensación hasta Lyon nos acompañó ¿después?....hasta Colonia no lo volvimos a ver y de los campings y la lluvia mejor no hablar. El uno de octubre y a las 3.30 de la tarde llegamos a casa...., caravana, coche y nosotros !a descansar!.   

Vacaciones de Septiembre 2010 es misión cumplidad y ahora hay que pensar cual será la misión del 2011 para no variar. 

Fin